8.3.25

LA INSPIRACIÓN


La inspiración me vino de repente

y me puse a escribir a toda mecha,

fue el impacto certero de una flecha

que lanzó cualquier musa impertinente.

En palabras vertí, febril, demente,

mis penurias, ¡oh, triste insatisfecha!

Y , si medito, tengo la sospecha

de que el asunto pinta malamente.

Escribo sin pensar, como al dictado,

los versos que me invaden la cabeza;

tal vez no fuera musa, sino un hado,

el que logró que venza mi pereza

y acometa la gran estupidez

de volver a las rimas, otra vez.

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