Si me dejo llevar por el lamento,
las ganas que no están, la abulia viva,
la actitud en exceso reflexiva,
la intensa percepción de aburrimiento...
Si me cuento a mí misma el mismo cuento:
que el mundo alrededor no me motiva,
que no tengo energía positiva,
que en mi vida es muy triste el argumento,
me aboco a la agonía emocional,
al estrés psicológico, al marasmo,
y asistiré a mi propio funeral.
No pretendo llegar a ese final,
así que lucharé con entusiasmo
para volver a ser fuerte y vital.
Algo fundamental:
de perspectiva trata la cuestión
pues ser feliz es solo una emoción.
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