22.4.25

AL DESPERTAR


 Me despierto, doy gracias porque vivo;

unas respiraciones, un bostezo,

medito unos momentos, luego rezo

para hallar en mi vida un objetivo.


Entono un mantra, pienso en positivo,

confío en no tener ningún tropiezo;

me estiro con fruición, me desperezo,

 la desidia y la abulia me prohíbo.


Llegados a este punto me levanto

y abro con optimismo la ventana,

disfrutando feliz del aire puro.


Al entrar en la ducha incluso canto,

se presenta admirable la mañana

si logro no pensar en el futuro.






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