Retales de una historia que ha acabado
tengo esparcidos sobre nuestra mesa;
de la melancolía es fácil presa
un triste corazón acongojado.
Desde que te marchaste de mi lado,
mi dolor es el rayo que no cesa,
la vida, antes liviana, ahora me pesa,
todo resulta gris, frío, cansado.
Sobrevivo sin ti por puro instinto,
perdida la ilusión y la esperanza,
evocando tu voz y tu consuelo.
Es todo igual que ayer, pero es distinto,
rememoro las horas de bonanza
y me siento incapaz de alzar el vuelo.
ooooooooo
No hay comentarios:
Publicar un comentario