Hoy me siento perversa o a la inversa,
ando tranquilamente alborotada,
hablando sin cesar, pero callada,
estoy muy concentrada, aunque dispersa.
Tengo momentos de cordura loca
y me gusta en la noche el sol que brilla,
me siento mar adentro aun en la orilla
y es que estar en lo cierto me equivoca.
El caos en mi mente está ordenado
en armónico embrollo; mis ideas
danzan quietas, de modo que parece
que no están, que el cerebro se ha apagado,
que no hay ni inspiración, ni cefaleas
y así temo que acabe cuando empiece.
Lo que nace, perece.
Os confieso en voz alta este secreto
en discurso ampuloso, pero escueto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario