El tiempo se nos marcha tan veloz
como un raudo caballo desbocado;
una vez que se ha ido, que ha pasado,
¿de qué sirve llorar a viva voz?
A nada te conduce, sé consciente,
no estés anclado a lo que ya no existe;
todo lo que pasó, ya lo viviste
y el futuro soñado está en tu mente.
Disfruta de lo que haces al momento,
sumergido en su activo torbellino
y permite que fluya tu destino
poniéndole pasión y sentimiento.
Enfréntate a la vida como un reto,
olvidando el ayer, que está obsoleto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario