La del piso de al lado es una arpía
más mala que un dolor a media noche,
se cree la mejor, y es un fantoche
que presume de ser devota y pía.
Yo no quiero opinar, no es cosa mía
si regresa a altas horas de la noche
o si gasta sin freno, a troche y moche
lo poco que le queda en la alcancía.
En lo que no me importa no me meto,
nunca he sido cotilla ni chismosa,
ni tampoco me tengo por curiosa,
su intimidad merece mi respeto.
Pero es que las paredes son tan finas
que, sin querer, escucho a las vecinas.
)))))))(((((((
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