Cada día el camino es cuesta arriba,
cada noche me cerca el desamparo,
el juego de vivir resultó caro
y en la cárcel del miedo estoy cautiva.
Apelo a mi energía positiva,
y aunque llena de angustia me declaro,
con densos maquillajes enmascaro
mi rostro, para ser más atractiva.
Cuesta abajo me lleva la pendiente
y la inercia me empuja sin piedad,
temo caer al fondo del abismo.
¡Sé que debo luchar y ser valiente!
He de tener arrojo y voluntad,
que nunca me derrote el pesimismo.